31 de julio 2012
SEÑOR CONCÉDEME EL
DESEO DE MI CORAZÓN
De ser agradable delante de tus ojos, vivir una vida de acuerdo a tu
voluntad, caminando en todos tus estatutos y decretos, haciendo lo bueno lo
recto y lo verdadero con el fin de
llegar hacer perfecto, recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Aférrame a
tu justicia y a la fuerza de tu santidad
para caminar delante de ti, con un corazón perfecto y lleno de gratitud en esta generación
SEÑOR CONCÉDEME EL DESEO DE MI CORAZÓN
Dándome confianza, seguridad, fuerza en
medio del peligro. Y ser Juzgado por ti no por los hombres ya
que no hay misericordia en ninguno de sus caminos, Porque yo en mi integridad he andado; He confiado en el Dios Eterno sin titubear. Escudríñame, oh Dios Altísimo, y pruébame;
Examina mis íntimos pensamientos y mi
corazón. Porque tu misericordia
está delante de mis ojos,
Y ando en tu verdad, jamás permitas que ella se aparte de mí.
Y ando en tu verdad, jamás permitas que ella se aparte de mí.
SEÑOR CONCÉDEME EL DESEO DE MI CORAZÓN
De ver días buenos, mirar un nuevo amanecer olvidar mi miseria y
verla como agua que pasó, porque solo
dolor y angustia invaden mi alma, la turbación y temor persiguen mi vida para
devorarme, nada puedo hacer sin ti ya que vana es la fuerza del hombre, por eso
apelo a tu misericordia, reconociendo que toda palabra que sale de tu boca no
volverá a ti vacía. Levántate, Señor; sálvame, Dios mío;
Porque tú heriste a todos mis enemigos en la mejilla; Los dientes de los perversos quebrantaste. La salvación es tuya; Sobre tu pueblo sea tu bendición por siempre.
Porque tú heriste a todos mis enemigos en la mejilla; Los dientes de los perversos quebrantaste. La salvación es tuya; Sobre tu pueblo sea tu bendición por siempre.
SEÑOR CONCÉDEME EL DESEO DE MI CORAZÓN
Para reconocer que tú eres rey en mi vida, ya que antes
había en mi corazón un reino oscuro, de tinieblas, andaba en la oscuridad,
porque me había puesto yo como rey, mi ego era el rey, porque vivía para
satisfacer todas mis necesidades, de afecto, de seguridad, de atenciones, vivía
para hacerme feliz, darme mis gustos, vivía centrado en mi. En ese vivir, buscaba
personas que podían ayudarme, a los “poderosos”, a los que pensaba que eran importantes
y me dieran status, reputación, fama y gloria pero duraban tan poco. Perdóname Señor…“Tarde te ame….,” si te hubiera conocido antes,
inclusive ahora caigo tantas veces, sigo haciendo aquello que no quiero hacer,
pero sé que tú estás aquí, purificando mi alma, enseñando a mi cuerpo, guiando
a mi espíritu, guárdame de no caer, y ayúdame a tener mis ojos en tu reino.
SEÑOR CONCÉDEME EL DESEO DE MI CORAZÓN
De vivir bajo tus leyes y tu temor, ya que deseo una vida exitosa en la
tierra y ver el bien. Guarda mi lengua del mal, y mis labios de
hablar engaño. Apártame del
mal, inclina mi corazón para hacer el
bien, buscar la paz todos los días de mi vida, a amar tus mandamientos y buscarte a ti, porque confió en la palabra que dice:
“Claman los justos, y el Santo y bendito de los cielos oye, Y los libra de todas sus angustias.”
“Claman los justos, y el Santo y bendito de los cielos oye, Y los libra de todas sus angustias.”
SEÑOR CONCÉDEME EL DESEO DE MI CORAZÓN
Haciendo caer a mis enemigos delante de ti. Sea su convite delante de ellos por lazo,
y lo que es para bien, por tropiezo.
Sean oscurecidos sus ojos para que no
vean, Y haz temblar
continuamente sus lomos. Derrama
sobre ellos tu ira, Y el furor
de tu enojo los alcance. Sea su
palacio asolado; En sus tiendas
no haya morador. Pon maldad
sobre su maldad, Y no entren en
tu justicia. Sean raídos del
libro de los vivientes, Y no
sean escritos entre los justos. Porque
el Señor oye a los menesterosos, Y no menosprecia a sus prisioneros.
SEÑOR CONCÉDEME EL DESEO DE MI CORAZÓN
Permitiéndole a mi alma
regocijarse de todos los dichos de tu boca, porque tuya es la gloria y el
poder, saca hoy mi alma de la cárcel de la dura esclavitud de la vida, porque
deseo disfrutar de tu paz, amar la vida, bendecir a mi familia y darle herencia
a mis nietos, no permitas que pase un día más sin que yo pueda ver el bien en
la tierra de los vivientes. La bendición del Señor sobre mi vida me hace
rico. Soy bendecido en mi entrada y mi salida. Soy siervo de Dios y Él se
complace en mi prosperidad.
SEÑOR CONCÉDEME EL DESEO DE MI CORAZÓN
Y
ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes y a no decir mentiras para
ganarme el aplauso de los débiles. Guardar silencio delante de ti aunque se
prolongue tu ausencia. Si te place y te soy agradable para prosperar mis manos,
no me quites la razón. Si me das éxito, no me quites la humildad. Si me das
humildad, no me quites la dignidad. Ayúdame siempre a ver la otra cara de la
medalla, no me dejes inculpar de traición a los demás por no pensar igual que
yo.
Enséñame
a querer a la gente como a mí mismo y a no juzgarme como a los demás. No me
dejes caer en el orgullo si triunfo, ni en la desesperación si fracaso.
Más
bien recuérdame que el fracaso es la experiencia que precede al triunfo.
Enséñame
a que perdonar es un signo de grandeza y que la venganza es una señal de
bajeza. Si me quitas el éxito, déjame fuerzas para aprender del fracaso. Si yo
ofendiera a la gente, dame valor para disculparme y si la gente me ofende, dame
valor para perdonar. ¡Señor… si yo me olvido de ti, nunca te olvides de mí!
SEÑOR CONCÉDEME EL DESEO DE MI CORAZÓN
De no permitir en mi historia ser recordado como un traidor, mal hombre,
alguien que se entregó al desenfreno de pecado y se olvido de ti, jamás quiero
olvidarme de tu favor, la misericordia perpetua que me has dado, y de todos tus
beneficios. Padre, me pongo en tus manos. Haz de mí lo que quieras. Sea lo que
sea, te doy gracias. Estoy dispuesto a todo; lo acepto todo con tal de que tu
voluntad se cumpla en mí durante toda mi vida. No deseo ninguna otra cosa,
Padre. Te ofrezco mi vida. Te la doy con todo el amor de que soy capaz. Porque
te amo y necesito darme: ponerme en tus manos, sin medida, con una infinita
confianza. Porque Tú eres mi Padre.
SEÑOR CONCÉDEME EL DESEO DE MI CORAZÓN
De vestir
espléndidamente, con buen calzado y
abrigo, comer comida de reyes, de los manjares
que sustenten mi cuerpo, dale ese pequeño deseo a mi corazón de conocer
muchos países, darme el privilegio de ser un hombre prosperado en todas las
cosas con la abundancia de tus manos, ya que toda
prosperidad viene de Dios porque él es el dueño de todo, Salmo 24,1: “Del Señor
es el mundo entero, con todo lo que en él hay y con todo lo que en él vive”.
SEÑOR CONCÉDEME EL DESEO DE MI CORAZÓN
“Señor que se haga tu voluntad Señor, lo que es para honra tuya, que esto se cumpla
en tu nombre, sí algo que me conviene y conoces que me es provechoso,
concédemelo para que lo use en tu honor. Pero si sabes que me será dañino y que
no aportará a la salvación, no me lo concedas. soy malo desde que nací; soy
pecador desde el seno de mi madre. En verdad, tú amas al corazón sincero, y en
lo íntimo me has dado sabiduría. Purifícame con hisopo, y quedaré limpio,
lávame y quedaré más blanco que la nieve. Lléname de gozo y alegría, alégrame
de nuevo aunque me has quebrantado. Aleja de tu vista mis pecados y borra todas
mis maldades y hazme caminar en santidad.
SEÑOR CONCÉDEME EL DESEO DE MI CORAZÓN
Y no permitas que gastemos nuestra corta vida en cosas vanas e inútiles,
permite que ganemos muchas almas para Ti y que dominemos todo temor, angustia, desesperación, depresión en el futuro, ante la realidad de la muerte. Danos la verdadera sabiduría, capacidad de distinguir el bien y mal, además regálanos los dones de tu Santo Espíritu para ser sal y luz del mundo siendo santos a la medida de tu querer. Llénanos de prudencia para actuar con justicia en cada acontecimiento; de fortaleza para llevar la cruz con valentía y amor; llénanos de fe para levantarnos en nuestros desánimos, llénanos de esperanza para no
decaer ante el pesimismo y de amor para portarnos como hijos muy amados de tu corazón.
permite que ganemos muchas almas para Ti y que dominemos todo temor, angustia, desesperación, depresión en el futuro, ante la realidad de la muerte. Danos la verdadera sabiduría, capacidad de distinguir el bien y mal, además regálanos los dones de tu Santo Espíritu para ser sal y luz del mundo siendo santos a la medida de tu querer. Llénanos de prudencia para actuar con justicia en cada acontecimiento; de fortaleza para llevar la cruz con valentía y amor; llénanos de fe para levantarnos en nuestros desánimos, llénanos de esperanza para no
decaer ante el pesimismo y de amor para portarnos como hijos muy amados de tu corazón.
SEÑOR CONCÉDEME EL DESEO DE MI CORAZÓN
El acontecimiento de cosas nuevas y
diferentes en mi vida, porque estoy seguro que saldré de la rutina, de ver y
hacer lo mismo, me proyecto a una visión
diferente que me permita ver sobre las circunstancias, sobre los montes, sobre
los hombres, sobre las crisis y cualquier entidad del enemigo, porque será
renovada mi fuerza; anuncio un cambio de estación de lo seco a la estación
lluviosa, verde y fresca. Profetizo la salida del valle para subir a los
lugares altos, salgo del día de la escasez, y entro a los mejores tiempos de
abundancia, este cambio traerá alegría a mi alma, valentía a mi espíritu y
motivación a mi corazón, para alcanzar cada una de las promesas que en su sola
potestad el Padre, el Dios de todos los espíritus, ha determinado darme.
SEÑOR CONCÉDEME EL DESEO DE MI CORAZÓN
Porque
nunca Renunciaré, jamás soltaré todos los beneficios que la fe produce en mi
vida, por ella tengo entrada al mundo de los milagros, a la abertura de los
mares de la vida, introducirme fuera del tiempo en el tiempo actual de Dios,
por la bendición que me provee saldré ahora de la tierra de mi cautiverio,
olvidando toda amargura y dolor que los a hombres hayan provocado, por su
fuerza apagaré fuegos impetuosos, evitaré filo de espada,
sacaré fuerzas de debilidad, me haré fuerte en las batallas, pondré en fuga a
todos los ejércitos extranjeros y proclamaré victoria.
SEÑOR CONCÉDEME EL DESEO DE MI CORAZÓN
Con un nuevo corazón y un deseo grande de
bendecir al pobre cuando clame en mi puerta, extender la mano al huérfano que
carece de ayuda, por mí sean arrebatadas miles de bendiciones para alegrar el
corazón de la viudas, y nunca cerrar mis oídos al que clama pidiendo pan, por
amor al nombre del Señor, convertirme en los ojos del ciego, en la voz del mudo
y los oídos del sordo, informarme con diligencia de la causa del justo que está
siendo oprimido y vestirlo con el manto de justicia y el Padre me guardará del
día malo, me esconderá en lo secreto de su morada en el día de calamidad, no
permitirá que sea saqueada mi tienda ni se reirá de mi el devorador de almas, ;porque
nacerá mi luz como el medio día y por la noche mandará su misericordia, la
justicia irá delante de mio y las ventanas cielos permanecerán abiertas.
SEÑOR CONCÉDEME EL DESEO DE MI CORAZÓN
Dame una fuerza
sobrenatural, toda la seguridad, la esperanza
y
una buena actitud para poder soportar los contratiempos
manteniendo fidelidad y el sostenimiento de
la fe, todo esto será un escudo para que la
indolencia no toque mi corazón, sino que sea envuelto en la sensibilidad del
espíritu, y con la gracia de conmoverme ante las grandes cosas que Dios hará en
mi vida, no olvidaré que es hora de imitar la fe de Abraham, tomar decisiones
para moverme mirando lo invisible, creer siempre con esperanza contra esperanza,
para llegar a ser padre de naciones, Y por más duro que soplen los vientos, si
la barca se quiere hundir no se debilite mi fe creyendo que no podré
sobrevivir, sino que mis ojos estén puestos en el autor y consumador de la fe.
SEÑOR CONCÉDEME EL DESEO DE MI CORAZÓN
Para que mis ojos vean los campos
reverdecer, el cumplimiento de mis sueños y la zarza que arde, donde Dios me
llama para confirmar mi ministerio, bendigo mis oídos para que ellos estén
atentos a la voz de Dios para escuchar sus mandamientos para obedecerlo y
ponerlos por obras, bendigo mis rodillas para que al doblarlas tiemblen los
demonios y huyan los espíritu inmundos y tome posición del lugar de mi herencia
la cual Dios destinó como estatuto para mis hijos, bendigo mis manos para que
no les falten las llaves del reino, la espada de la victoria y el cumplimiento
de la promesa que dice “todo en lo que impusieres tus manos Dios lo hará
prosperar”. Bendigo mis pies para que al pisar el río Jordán se abra en dos y
yo con toda mi familia pasemos a poseer la tierra prometida.
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AMEN
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