17 de Septiembre 2013
Por Danae de Martínez
Señor, haz de mi una persona de Fe
Para poder doblar mis rodillas y
creer con todo mi corazón que tu mano está extendida para sacar mi vida del
desierto, para que en medio de mi sufrimiento brille la esperanza, para poder
seguir adelante sabiendo que todos pasamos pruebas pero son como el horno en
donde tres muchachos entraron temerosos y listos para morir sin saber que
adentro los esperaba nuestro Señor, y aunque el fuego era feroz las llamas no
los tocaron.
Hoy te pido que avives mi fe, pues
con ella podré hablarle a la montaña que se quite y se eche al mar y lo hará,
con ella podré llegar a la casa del enfermo y este sanará. Con mi fe se abrirán las ventanas de los
cielos y Dios derramará tanta bendición que no podré enumerar. Mi fe pondrá una
sonrisa en el rostro de nuestro Dios y lo agradará y me verá con gusto, con
alegría e inclinará a mí su oído y escuchará mi oración, mi ruego, mi alabanza,
mi agradecimiento, y me concederá los deseos de mi corazón.
Mi fe me levantará del lecho de
enfermedad, de toda depresión, me dará fuerzas para saber que el camino aun no
termina, que aunque la tormenta se ponga sobre mí no durará por siempre, y
después de que pasé aunque haya destrucción, viene la calma, un nuevo día, una
nueva oportunidad, un reto, nuevas victorias, un nuevo despertar, y nuevas
misericordias.
Señor dame más fe para superar las
caídas, los fracasos, los insultos, los desprecios, las malas noticias, la
separación de mis seres queridos, el desamor, la muerte de alguien amado, para que en medio de la prueba no te niegue,
sino al contrario te busque, y me abra paso entre la multitud hasta llegar a tocar
tu manto, sabiendo que si tú estás en mi vida, lo tengo todo.
Fe para subir hasta la cima más alta,
para vencer todo obstáculo, para ser luz en la oscuridad, para tomar el segundo
airé y caminar la milla extra, para verte con los ojos de mi espíritu aunque los
ojos de mi cara no lo hagan, para sentirte cerca y poder oír tu Santo Espíritu
guiándome, consolándome, aconsejándome.
Fe para derribar los muros, para
adentrarme en campo enemigo y recuperar todo lo que me fue quitado, para no
apoyarme en mi propia prudencia y esperar en ti, para tomar mi piedra que
derribará gigantes, y usar mi boca para declarar y hablar palabras de vida, de
prosperidad, de salud, de bendición y así desatar milagros. Para recordarle a
satanás que es mi enemigo pero que está vencido y debajo de mis pies, pues
mayor es el que vive en mí y me da la victoria en toda batalla
Señor haz de mí una persona llena de
Amor
Para no pasar al lado del necesitado
sin voltear a verlo y quedarme indiferente ante las lágrimas de los que sufren. Lléname de tu amor para afinar mi oído al
llanto de la viuda, del huérfano, del menesteroso,
Lléname de Amor para poder ver todo lo
bueno que me das, con agradecimiento para apreciar que mi vida está más llena
de bendiciones que de problemas, Amor para disfrutar de toda tu creación, para
apreciar y valorar el pan diario, el trabajo, la familia, la salud, el poder
moverme, oír y ver.
Que tu amor fluya en mí para poder
perdonar a todo aquel que me ofende, a ver las virtudes de todo aquel que no me
es agradable, de los que no son mis amigos, a soportar a los groseros, a los
vanidosos, a los chismosos, a los egoístas, a los presuntuosos, a los
presumidos a los faltos de piedad.
Pon amor en mi corazón para servir a
todo aquel que me necesite, sea mi amigo o no, a poner la otra mejilla cuando
me lastimen, a devolver bien por mal, a sonreírle al que con amargura me mire,
a que mi mano esté lista y atenta para ayudar y dar. Bendecir a todo aquel que
me maldice, que me odia, que me envidia y desea el mal.
Dame amor para compartir de tu
palabra a toda persona, no importando su raza, condición económica, color o religión, conviérteme en un imán para
atraer a las almas inconversas y llevarlas a tu pies, A tener misericordia por los enfermos, por los
presos, por los pandilleros, por los perdidos y orar por ellos para que
encuentren tu camino.
Amor para las personas del gobierno,
por el presidente, diputados, congresistas, ministros, miembros del ejército,
de la policía, personas con cargos públicos que aunque comentan errores, sean
corruptos, sean injustos, desleales, yo pueda pararme en la brecha por ellos y
orar bendiciéndolos, clamar por que la sabiduría los llene, los cambie, los
transforme y los lleve por caminos de justicia y lleguen a gobernar con paz y
bendición.
Que nunca me falte amor por mi
familia, por mi país, por mis amigos, por mis líderes, pastores, sacerdotes,
maestros, empleados, jefes, pero sobretodo eso que mi amor por ti sea inmenso,
el mayor amor que yo pueda sentir, que tu siempre seas el centro de mi corazón.
Señor haz de mí una persona Sabia
Que tu sabiduría me guíe por la vida
y por ella edifique mi casa sobre la roca para que en tiempos de tormenta
permanezca inamovible, segura, y en todo tiempo sea como faro de luz, un lugar
seguro lleno de tu bendición, que sea un dulce refugio en donde habite el Santo
Espíritu de Dios.
Sabiduría necesito para guiar a mis
hijos así serán personas de bien, alejados del mal, atentos a tu palabra,
obedientes, dóciles, llenos de amor, de recto proceder, padres de generaciones
benditas, adoradores de Cristo, fieles servidores del prójimo, hombres y
mujeres de paz, personas de honor, de palabra, de testimonio.
Dios mío, anhelo la sabiduría para
guardar tus razones y atesorar tus mandamientos para vivir en armonía con tu
palabra, para que quede impresa en mi corazón, la sienta como hermana, y me
aleje de toda tentación, para tener cordura, inteligencia y así poder hablar
cosas rectas, verdaderas, justas, agradables. Para valorarla más que al oro y
la plata, más aun que las piedras preciosas y con ella pueda yo aborrecer el
mal, abominar la impiedad, la soberbia y así ser de corazón humilde, agradándote,
buscando tu ley, teniendo reverencia a tu nombre.
Aumenta mi sabiduría, mi
conocimiento, para poder llegar a realizar mis metas, para ser una mujer
agradable a ti, para dar testimonio de tu reino, para poder ser esa mujer
virtuosa, agradable, bendecida, que tu quieres.
Una esposa fiel, que apoye a mi marido y pueda ser su ayuda idónea, que
cubra mi hogar con oración, que despierte y mantenga el amor encendido, que
hable palabras certeras, apropiadas, gentiles, bondadosas y justas.
Quiero ser sabia para ser una buena
hija, madre, amiga, vecina, jefa, compañera, y poder aconsejar a los demás,
para encaminar a los que no encuentran el camino, para seguir y obedecer el
consejo de mis Padre, para cumplir las leyes, para actuar con prudencia, para
guardar la corrección y traer honra a mis padres, para que sea amada,
respetada, honrada y alcanzar las promesas de Dios.
Señor haz de mí una mujer llena de
Favor y Gracia
Padre bueno, tu favor y tu gracia son
las que me llevan de victoria en victoria, las que abren puertas que nadie
podrá cerrar, son las hacen que los milagros ocurran, y yo quiero vivir siempre
bajo ellas.
Por tu Gracia me levanto cada día y
recibo tus misericordia, tu Gracia me llena, me embellece, me levanta, me
fortalece, me rejuvenece, me sana, me transforma, me revitaliza, me guía, me
prospera, me enseña, me hace feliz, me anima, me satisface, me consuela, me
alimenta, me protege, me cubre, me da vida.
Padre regálame tu Gracia, para poder
ser como aquellas mujeres admirables que cuenta tu palabra, como María, madre
de nuestro Señor Jesús, quien fue libre de mancha, quien te creyó y obedeció
sin importarle que dirían de ella. Como
Rut que halló Gracia delante de Booz siendo extranjera. Como Débora quien en
contra de todas las tradiciones se convierte en juez y profetiza en Israel. O
Ester y el rey Asuero Y el rey amó a Ester más
que a todas las otras mujeres, y halló ella gracia y benevolencia delante de él
más que todas las demás vírgenes; y puso la corona real en su cabeza, y la hizo
reina. Sara quien siendo anciana, estéril, creyó la promesa de Dios y sin
importarle su edad se alegró de poderse gozar con Abraham, su esposo para darle
al hijo que tanto esperaban.
Lléname de tu Gracia Señor, para que
en el libro de la vida esté anotado mi nombre, para que no te olvides de lo
bueno que he hecho en esta vida, para que tu presencia siempre vaya conmigo a
todos los lugares que vaya, tus ángeles me cuiden, tus arcángeles peleen mis
batallas, para que mi vejez sea apacible, saludable, feliz, viendo la
descendencia que me darás y final de mi
vida, me guíes y al llegar a tu
presencia me reconozcas y digas, hija, te estaba esperando.
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